En estos días he concluido la lectura de dos grandes libros, escritos por dos notables autores. El primero es “La Venganza de la Tierra”, de James Lovelock y el segundo “Economía para un Planeta Abarrotado”, de Jeffrey Sachs. Ambos abordan una temática más amplia que el cambio climático, sobre todo el segundo, pero es en este tema que concentré mi lectura y focalizaré estos breves comentarios.
Lovelock, conocido y destacado científico, escribe desde su visión personal del ecologismo, instintivo y práctico como el lo define, y que lo lleva a tener una clara y activa posición favorable a la energía nuclear. Sachs, prestigioso y prolífero economista, escribe desde su vasta experiencia en temas del desarrollo, de la pobreza y del medio ambiente, apostando a grandes soluciones globales y a una nueva cooperación internacional.
Sus diferencias son múltiples y sustantivas, pero es mi convicción que ambos libros son imprescindibles para tener una visión global sobre uno de nuestros principales desafíos como humanidad. Solo para mencionar algunas de tales diferencias, destacaré tres. Mientras Lovelock sostiene la necesidad de “una retirada sustentable”, Sachs confía en que la utilización de tecnologías adecuadas nos permitirá “un desarrollo sostenible”. Mientras el padre de la Teoría de Gaia afirma que el daño ya está hecho, el Director del Instituto de la Tierra apuesta a que aún es tiempo en la medida que se actué con firmeza. Mientras Lovelock indica que la tierra no debiera sostener a más de 1.000 millones de habitantes, Sachs propone que la población mundial debiera estabilizarse en alrededor de los 8.000 millones de personas al año 2050.
Ambos autores sostienen, sin embargo, que como humanidad debiéramos aprender a relacionarnos de una manera distinta con la tierra y la naturaleza. Lovelock afirma, al respecto, que “nuestra especie debería firmar la paz con el resto del mundo en que vivimos”. Sachs consigna que tenemos que concebir la tierra como “un hogar para todas las especies” y citando a E. O. Wilson afirma que la conservación de la biodiversidad tiene que ver “nada menos que con la protección de la creación”.
Siguiendo a Octavio Paz, sostengo que uno de los valores más ausentes en las sociedades modernas y democráticas es la fraternidad, no solo entre los hombres y mujeres, como sostiene este Premio Novel de Literatura, sino que también con todos los seres vivos y con la tierra.
“La Venganza de la Tierra” y la “Economía para un Planeta Abarrotado” nos plantean perspectivas distintas, pero en algunos aspectos complementarias. Por formación y convicción tiendo a coincidir con el optimismo moderado y responsable de Jeffrey Sachs, pues creo y confío que como humanidad encontraremos las respuestas tecnológicas adecuadas a un desafío que finalmente es político y ético. Este es un debate abierto y apasionante que está en pleno desarrollo. ¿Qué opinas tú?
3 comentarios:
Recientemente Sachs ha escrito un artículo en el Guardian en el que señalaba que en las semanas previas y post Cumbre de Cambio Climático de Copenhagen, los críticos a la ciencia del Cambio Climático han ido con todo su ímpetu en cotra de lo que ello llaman parcialidad en los análisis. Estos críticos, defensores a ultranza del libre mercado, han exacerbado algunas contradicciones y desaveniencias de los científicos que hay en torno al tema. La verdad es que hay mucho dinero apoyando a quienes niegan el cambio climático, tanto empresas que no quieren pagar los costos adicionales de regulación, o los ideólogos del libre mercado en contra de cualquier control gubernamental. Estaremos ansiosos del lanzamiento a mediados del 2010 llamado Mercaderes de la Duda de los autores Naomi Oreskes y Erik Conway, quien desvelaran la acción en mas de un cuarto de siglo de aquellos que quieren confundir a la sociedad sobre el comportamiento inhumano y egoista de muchas empresas que solo tienen el lucro como finalidad.
No tengo dudas que existen muchos intereses en juego en este tema, tal como lo señala Gonzalo Ibañez. También existen en juego visiones idiológicas como las de cierto ecologismo que rechaza a cualquier evento la utilización, por ejemplo, de la energía nuclear. Por degracia, es mi convicción que la Cumbre de Copenhague no tuvo exito so solo por la acción de "los mercaderes de la duda" sino porque también, entre otros factores,la institucionalidad global no está a la altura de los grandes desafíos mundiales.
Cual debiera ser la discusión? Aceptar el cambio climatico como una certeza juríca, o en cambio debieramos ambpliar la discusión a fin de poder definir ciertos parametros que nos permitan poder demostrar que el daño que le hemos propinado a la tierra es tal, que efectivamente ha provocado un daño irreparable.
Al parecer la discusión se debiera plantear a nivel más masivo en la sociedad civil, ya que nos han tenido ajenos a la dsicusioón que se plantea a nivel de gobiernos que no hemos alcanzado a dimensionar la profuncidad de la discúsión. Siendo desde afuera que hablar de niveles más niveles menos resulta ser la base y no los cambios que estamos viendo.
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