lunes, 19 de septiembre de 2011

El nuevo paradigma tecnológico agrícola

Hoy vivimos una transición hacia la consolidación de un nuevo paradigma tecnológico agrícola. Este paradigma tecnológico post-revolución verde se desarrolla en el contexto de la “modernidad tardía” y, como tal, aprovecha la acumulación de conocimientos generada en las décadas pasadas y empieza a hacerse cargo de los riesgos creados en esa época y de las nuevas demandas de la sociedad y los consumidores en relación con los temas ambientales. Es el tiempo de la pluralidad de modelos y trayectorias a la modernidad y del debilitamiento de la fe absoluta en la ciencia y la tecnología para controlar y hacer más predictible el mundo. Es el tiempo, además, de los riesgos sistémicos.

El nuevo paradigma tecnológico agrícola tiene como marco el paradigma tecno-económico creado por la masiva utilización de las TIC y de la biotecnología. Tiene como marco, igualmente, las nuevas demandas de la sociedad, de los mercados y de las cadenas agroalimentarias, algunas de las cuales se relacionan con la diferenciación de los productos, la calidad y la inocuidad, la bioseguridad, el bienestar animal y el uso sustentable de la biodiversidad y de los recursos naturales. Este nuevo paradigma se desarrolla, además, en momentos en que las ciencias y tecnologías empiezan a buscar nuevas convergencias y los enfoques sistémicos ganan terreno. El nuevo paradigma tecnológico agrícola es parte de este nuevo clima intelectual y tecnológico global.

El núcleo del desafío tecnológico agrícola del siglo XXI es la producción de más, mejores y más variados alimentos y productos agrícolas no alimentarios a través de procesos productivos que: a) generen menos gases efecto invernadero, b) usen más eficientemente el agua, c) ocupen básicamente la misma superficie de tierra, d) respondan a nuevos estrés bióticos y abióticos provocados por el cambio climático y e) estén sometidos a una mayor vigilancia de la sociedad en relación con las tecnologías utilizadas. Todas estas son nuevas restricciones y exigencias a la producción prácticamente inexistentes en la época de la revolución verde.

En este contexto, los objetivos del desarrollo tecnológico “sectorial” son el aumento de la productividad, el mejoramiento de la calidad industrial, nutricional y organoléptica de los productos y el uso sustentable de los recursos naturales. También es la búsqueda de estabilidad de los sistemas productivos agrícolas. El nuevo paradigma está cambiando sustantivamente algunas características fundamentales de la revolución verde. Algunos ejemplos son: a) el manejo uniforme de los predios, el cual está siendo sustituido crecientemente por la agricultura de precisión, b) el alto uso de insumos químicos, cuestionado por sus efectos en la concentración de gases de efecto invernadero y c) la apuesta al desarrollo de un solo tipo de agricultura, lo que se reemplaza por una pluralidad de formas de hacer agricultura: tradicional, transgénica, orgánica, entre otras.

La modernización agrícola no tiene, por lo tanto, una sola opción y trayectoria. Tal modernización ya no significa la utilización de determinados insumos y el domino de una sola racionalidad.

Si la biotecnología, las TIC y la nanotecnología tienen cada vez más amplias e insospechadas aplicaciones en el desarrollo tecnológico de la agricultura, la convergencia entre ellas no hará más que multiplicarlas. Basta con mirar lo que ocurre en la actualidad con la bioinformática y los incipientes usos de la nanotecnología en el desarrollo de la agricultura de precisión. A estas convergencias tecnológicas, se sumarán otras nuevas, pues no cabe duda de que el mundo se encuentra solo en las etapas iniciales de esta tendencia.

En la era de la agricultura del conocimiento y de la nueva revolución alimentaria, la forma de medir el desempeño sectorial empieza a incorporar nuevos indicadores como el rendimiento por unidad de agua y la huella de carbono. Probablemente cada vez más otro indicador de desempeño será el de componentes activos de los productos agrícolas por unidad de tierra o recurso hídrico. Los conceptos de “a la medida” y de “precisión” empiezan a ser centrales, como igualmente el de la diferenciación y el de la gestión de la calidad y su aseguramiento.

Un aspecto central del cambio de paradigma tecnológico de la agricultura es aquel que se refiere a los conceptos predominantes que han sustentado el desarrollo tecnológico agrícola y que han otorgado las características principales a las institucionalidades nacionales que lo fomentan: nos referimos a los conceptos de investigación e innovación y a los sistemas nacionales dedicados a estas áreas.


Nota: Este texto forma parte de un artículo más extenso publicado en el último número de la Revista del  IICA, COMUNIICA, de Julio de 2011





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