martes, 22 de junio de 2010

Nueva Revolución Alimentaria: ¿Desde cuándo?

Hace algunos días tuve la oportunidad de participar en un interesante Seminario organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola en San José de Costa Rica. Mi exposición fue “La Nueva Revolución Alimentaria: Economía del Conocimiento, Nuevos Paradigmas y Principales Tendencias”.

Una parte de los comentarios y preguntas de los participantes de este evento estuvo relacionada sobre en qué momento de esta revolución estamos. Como podrá entenderse, en el caso de esta revolución no es posible fijar su inicio en una fecha determinada, entre otras razones porque sus dinámicas y sus fuentes son múltiples. No es como en el caso de la Revolución Verde, en que ésta se vinculaba fundamentalmente a las variedades híbridas de cultivo.

En el caso de esta revolución, que es mucho más amplia y profunda que las anteriores, sus dinámicas y características están determinadas por un conjunto de tecnologías y procesos, algunos de los cuales son generales como la Internet, la biotecnología, los cambios en los paradigmas empresariales y la emergencia de un consumidor socialmente responsable. Otros procesos son más específicos a la industria alimentaria y a la agricultura, como es el caso de los cultivos transgénicos, el desarrollo de la agricultura de precisión, los alimentos funcionales, la huella de carbono y las crisis de inocuidad.

Como es de conocimiento público las TICs y especialmente la Internet se empezaron a masificar en la segunda mitad de los años 90 del siglo pasado, y especialmente con el inicio del nuevo siglo. Ello transformó nuestros paradigmas tecnoeconómico – organizativos, modificando radicalmente las formas de hacer las cosas en los distintos ámbitos de la sociedad y muy especialmente en las empresas. Las empresas y la sociedad se empezaron a organizar cada vez más en la lógica de redes.

En lo que respecta a los hitos más específicos, es importante destacar que los cultivos transgénicos se empiezan a utilizar comercialmente a mediados de la década de los 90 del siglo XX, aunque evidentemente su desarrollo había empezado años antes. También en la segunda mitad de la década de los 90 empieza a desarrollarse la agricultura de precisión, la que tiene por objetivo dar un manejo a la medida a cada sector de los predios dependiendo de sus características. Por otra parte, si bien los alimentos funcionales tienen su origen a principios de la década de los ochenta en Japón, su consumo masivo empieza a popularizarse alrededor de una década más tarde. Otro hito relevante a destacar son las emergencias de inocuidad ocurridas en Europa durante los últimos años de siglo XX, las que impactaron profundamente la relación de los consumidores con los alimentos y la manera de producir y elaborar los productos alimenticios.

Otro aspecto característico de la nueva revolución alimentaria es la producción sustentable de los productos agrícolas y de los alimentos. Ello ocurre primero a través de las buenas prácticas agrícolas, más tarde a través de la Responsabilidad Social Empresarial y más recientemente con la huella de carbono. Todos estos elementos de gestión no tienen más de 20 años, y algunos como las exigencias de medir y etiquetar las emisiones de gases efecto invernadero son solo de este siglo.

La nueva revolución alimentaria, por lo tanto, es muy reciente y está incipientemente desplegando su potencial. Ella se verá fortalecida en el tiempo que viene por las crecientes aplicaciones de las tecnologías mencionadas y por la utilización al ámbito de los alimentos de la nanotecnología. Igualmente la fortalecerán el desarrollo de la alimentación a la medida producto de los avances de la nutrigenómica, la exigencia de la huella del agua y las investigaciones realizadas en el ámbito de la neurofisiología del hambre, de la saciedad y del placer provocados por los alimentos.

El mundo vive el inicio de una nueva revolución alimentaria. Sus frutos recién están vislumbrándose. En una perspectiva histórica esta revolución tiene sus orígenes, entonces, a fines del siglo XX y principios del siglo XXI. ¡Bienvenida Revolución!

2 comentarios:

Juan Pablo Belair dijo...

Estimado Arturo, más allá del tema de fondo que contiene esta revolución alimentaria y sus componentes que muy bien detallas, esta vez me gustaría comentarte sobre el concepto de revolución.

Una vez más, por sobre la palabra (aunque no tanto si consideramos la ontología del lenguaje), hoy más que nunca me he convencido de la necesidad, o el imperativo para ser más jugados, de revolucionar los actuales paradigmas.

Esto también se inicia en el siglo pasado con la Escuela de Frankfurt y uno de sus más grandes exponentes, Jurgen Habermas; y dos conceptos a mi modo de ver claves y aún pendientes: el discurso ético y la esfera pública. En gruesas palabras: iguales condiciones para todos de exponer las ideas y beneficiarse del desarrollo en un espacio público y ético.

Cuando hablas de revolución alimentaria, y sin acudir a ningún conocimiento técnico en la materia, leo y escucho sobre que el sistema alimentario tal como está no puede continuar. Hay que cambiarlo. Y que los conceptos habermasianos y toda la escuela posterior (critical theory) o el cosmopolianismo aplicados en este caso, exigen antes que todo iguales condiciones nutricionales y de acceso al alimento para todo los habitantes del mundo. Todos los otros avances que no vayan en dirección de satisfacer esta primaria necesidad pierden sentido, incluso base sostenible, si hay millones de personas sufriendo de hambre y desnutrición.

Un abrazo,
JP

Arturo Barrera dijo...

Estimado Juan Pablo:
En estos días estamos lanzando un libro llamado "La Agricultura Chilena en la Nueva Revolución Alimentaria", en el que en su primer capítulo escribo sobre el nuevo paradigma que emerge.
En todo caso no comparto la visión más pesimista en cuanto a que el sistema alimentario mundial está en crisis, como lo plantean entre otros Paul Roberts. Yo tengo más bien un optimismo moderado; creyendo que así como la Revolución Verde ayudó a reducir significativamente el hambre en el mundo, sobre todo en Asia, la Nueva Revolución Alimentaria representa un potencial muy notable para seguir avanzando en el desafío que tu planteas.
Te felicito por tus referencias a Habermams, un notable pensador de nuestros tiempos.